Alejandro Leal, profesor de humanidades: “No se puede explicar la psicología desde una sola dimensión del hombre”

A raíz de su reciente conferencia sobre la influencia de Rudolf Allers en las ciencias psicológicas, el profesor Alejandro Leal profundiza en la antropología que subyace en el libro “El hombre en busca de sentido” de Viktor Frankl, quien fuera discípulo de Allers.

Objeto de su tesis doctoral, Frankl fue el pionero de la “logoterapia” como modelo terapéutico que valida diferentes dimensiones relacionales en el ser humano. De hecho, el grupo de pensadores que confluyeron en la época de este autor tienen en común el pensamiento de que el hombre es libre y responsable de sus acciones, lo que lleva a poder cambiar el futuro, lejos del determinismo que imperaba con el psicoanálisis de Freud.


Ampliar el horizonte de la psicología pasa, según confirma el profesor de la UFV, por no reducir al hombre a sus características psicológicas y a considerar la propuesta de la ontología dimensional. Por tanto, ¿cómo entiende el ser humano Viktor Frankl? Como un ser único que de forma operativa se abre a la biología, a la psicología y a la espiritualidad.

Alejandro Leal lo explica con un caso de psicología, es decir, una depresión grave diagnosticada puede tener un motivo químico, biológico, pero también puede incluir una causa relacional, psicológica, con otros seres, y si además el paciente vive una vida sin sentido toca con la dimensión espiritual.

Piensa que el gran error es quedarse con una sola dimensión del hombre, ya que puede que el origen de la patología sea un conflicto emocional que no tenga explicación empírica: “No todo es química en psicología, hay otras dimensiones donde está la explicación del problema”.

En este sentido, argumenta que si se coge un cilindro y se proyecta un haz de luz sobre él se puede obtener una u otra forma (rectángulo, cuadrado, etc.), en función del movimiento. Por tanto, depende de la dimensión del hombre que se analice se verá una cosa u otra, y en todo caso no será la figura completa: “Al movernos en un plano reduccionista perdemos el conjunto de la realidad”.

Por otro lado, el profesor de Humanidades de la UFV está convencido de que la psicología más positivista podría encontrar un punto de unión con la teoría de Frankl en un diálogo que invite a plantear las grandes preguntas. Plantearse por qué existe cualquier cosa, la propia vida, por qué hay interrogantes que surgen de forma natural lleva a aceptar la ontología dimensional de V. Frankl. Esto se puede hacer partiendo de la razón, conociendo las posibilidades que existen y hasta dónde puede llevar esa misma razón. Y añade: “Cuando la respuesta no llegue, no hay que quedarse encerrados en una parcela de la realidad”.

Por último, aclara que las ideas del autor del libro, que ha sido traducido a más de 40 idiomas en el mundo, fueron previas a su llegada al campo de concentración, tras una larga trayectoria junto al psicoterapeuta Adler, de quien acabó separándose. Precisamente, su ontología dimensional fue atestiguada con la propia conducta humana de aquellos que sacrificaban sus vidas por otras personas en situaciones extremas.

 

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