Cuatro preguntas de razón abierta

La pregunta por la persona o cuestión antropológica

En el fondo de toda ciencia o asignatura que se imparte hay, en mayor o menor grado, una antropología, implícita o explícita. Esa visión del hombre marca profundamente todos los contenidos que se imparten o investigan. La pregunta sobre la cuestión antropológica puede expresarse así: ¿Qué idea del hombre subyace en lo que se enseña o aprende? ¿Individualista o solidario? ¿Puramente histórico o abierto a la trascendencia? ¿Genéticamente predeterminado o capaz de libertad? ¿Qué tipo de hombre se construye con estos saberes? ¿Y qué tipo de sociedad?

La pregunta por la verdad o cuestión epistemológica

En el fondo de toda asignatura que se imparte y de todo ejercicio de investigación yace una epistemología específica, hecha explícita o no. La cuestión epistemológica se expresa en dos preguntas fundamentales: ¿es verdad lo que enseño y lo que investigo? ¿Cuál es el objeto y el límite de mi ciencia y de mi método? Esa reflexión sobre la verdad y sobre la naturaleza del conocimiento científico condiciona los contenidos y las metodologías, porque se posiciona ante la cuestión de la verdad y de la posibilidad de conocerla.

La pregunta por el bien o cuestión ética

La pregunta sobre la verdad y sobre el hombre remite a la cuestión de cómo se debe actuar, tanto en el marco del quehacer científico y de sus aplicaciones tecnológicas como en la dirección que toma la existencia de cada hombre. En el fondo de toda asignatura existe una cuestión ética, explicitada en mayor o menor medida. Esa ética es la que apunta siempre a los fines de la ciencia que se imparte y a las consecuencias técnicas, culturales, sociales o personales que de ella se puedan derivar.

La pregunta por el sentido

La cuestión del sentido puede alcanzar sucesivas profundidades. Si enfocamos esta cuestión desde la docencia, podemos decir que la cuestión del sentido abarca desde la formación de la persona, a fin de capacitarla para vivir con plenitud y aportar su contribución al bien de la comunidad, pasando por el sentido del trabajo, hasta facilitar el encuentro con Dios vivo. Si la enfocamos desde la investigación, nos lleva a descubrir el papel que desempeñan la fundamentación filosófica o la teología en la búsqueda de significado de las ciencias particulares, así como en la búsqueda de la unidad del saber; también revela en qué medida una ciencia particular facilita la apertura de las preguntas humanas a las cuestiones últimas. La investigación universitaria ha de orientarse a estudiar las raíces de los principales problemas de cada tiempo y a proponer soluciones, y nada de esto se logrará sin prestar atención a la cuestión de Dios