Biografía
INVESTIGACIÓN
Gonzalo Génova y Mª del Rosario González
Ética para ingenieros: entre la supervivencia y la dignidad
Gonzalo Génova es Ingeniero de Telecomunicación (1992), Licenciado en Filosofía (1996) y Doctor en Ingeniería Informática (2003). Desde 1999 hasta la actualidad es miembro del Departamento de Informática de la Universidad Carlos III de Madrid. En el curso 2013-2014 ha realizado una estancia investigadora y docente en Santiago de Chile, trabajando en la Pontificia Universidad Católica de Chile, la Universidad Nacional Andrés Bello, y la Universidad de Santiago de Chile. Como parte de su labor investigadora tiene publicaciones específicas en el área de la ingeniería informática, y ha cultivado también la filosofía de la tecnología.
María del Rosario González es Licenciada (1996) y Doctora (2004) en Filosofía y Ciencias de la Educación. Profesora del Departamento de Estudios Educativos de la Universidad Complutense de Madrid. Miembro del Grupo de Investigación sobre Cultura Cívica y Políticas Educativas, de la UCM. Ha sido profesora de la Universidad de Santiago de Chile en la cátedra de Filosofía de la Educación. Sus líneas de trabajo son fundamentalmente la Filosofía y la Ética de la Educación, principalmente desde una aproximación fenomenológica y personalista.
Sobre Ética para ingenieros
Hoy en día la ingeniería no sólo es la que hace habitable el mundo, sino la que es capaz de generar nuevas formas de habitabilidad, e incluso de transformar nuestra forma de ser y estar en el mundo. El ingeniero no puede estar simplemente en manos del mercado o las empresas, sino que debe plantearse el mundo que crea desde su ingenio. Hacen falta ingenieros capaces de reflexión ética, comprometidos con un mundo más humano, más justo, más solidario, más respetuoso con la dignidad de las personas y la naturaleza; ingenieros e ingenieras con sensibilidad, capaces de reconocer lo sagrado que hay en todo ser humano.
Para ello hemos desarrollado este curso: Ética para Ingenieros: entre la supervivencia y la dignidad. El curso no trata tanto de la deontología profesional del ingeniero, sino ante todo de la ética explicada a su mentalidad. Para la mentalidad del ingeniero, lo real es lo que se puede tocar y medir, el prototipo de pensamiento racional es el razonamiento matemático-deductivo, y los mejores resultados se obtienen siguiendo procedimientos estándar. Por tanto, resulta prioritario afrontar desde el primer momento las dificultades que un estudiante de ingeniería tiene para reconocer el valor del pensamiento específicamente ético y filosófico, y para ser capaz de alcanzar una síntesis de los saberes científico, técnico y ético, que además genere una verdadera conciencia de la propia responsabilidad en su vida profesional.